Las transformaciones del estado se pueden considerar como consecuencia de la evolución de las diversas organizaciones políticas y jurídicas que se han presentado a lo largo de la historia, cambiando la estructura básica del sistema.
En la actualidad el liberalismo surgió como respuesta para proteger al “hombre individuo” de su absorción y dominación por el estado. El viejo régimen pre liberal era un sistema donde el desarrollo absoluto –sin límites- del monarca, restringía la posibilidad “creadora” de la libertad del hombre.
EL liberalismo sostuvo la necesidad de dejar hacer a la “libertad individual” pues la libertad social se encargaría de ordenar los desajustes posibles, gracias a un ordenador natural y espontaneo, denominado “inminencia”. EL papel del estado debía ser mínimo, solo el necesario para impedir que el ejercicio excesivo de esta libertad individual impidiera ejercer las otras libertades individuales. El estado mínimo del sistema era solo un estado garantista, encargado de asegurar el ejercicio de las libertades individuales.
Sin embargo la sociedad le fue atribuyendo poderes que en un principio no tenia, como lo es el orden social, la defensa pública, y poco a poco la función legislativa en general, la inserción de los países en n sistema capitalista generador de grandes desigualdades vino de alguna forma a reafirmar la creciente intervención del estado para resolver estos desequilibrios; enfrentándose así a la dicotomía entre lo Público y lo privado.
El poder debería ser controlado de forma intensa tanto por el estado como por la sociedad, garantizando así el equilibrio y la distribución equitativa del poder.
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